Biblioteca Popular José A. Guisasola



Datos biográficos

Gianni Rodari nació en Omegna, Piamonte (Italia), el 23 de octubre de 1920. El padre, Giuseppe, era panadero y su madre, Maddalena Aricocchi trabajaba junto a su marido en el negocio. Desde su nacimiento Gianni fue confiado a una nodriza y al año siguiente nació su hermano menor, Cesare. Su padre murió en 1929 cuando Gianni tenía tan sólo nueve años de edad y el pequeño fue enviado a Gavirate a vivir con una tía. Dos años después, entró al seminario de San Pietro Martire, de Seveso, donde permaneció durante tres años. Luego, fue interno tres años más en Varese, en un pensionado, donde asistió al Istituto Magistrale y tomó lecciones de violín. En 1937 se graduó de maestro y al poco tiempo se inició como educador en casa de una familia de judíos alemanes exiliados de su país.

"Durante el invierno de 1937-38, recomendado por una maestra, esposa de un guardián municipal, fui contratado para enseñar italiano, en sus casas, a los hijos de algunos judíos alemanes que creían —lo creyeron por pocos meses— haber encontrado en Italia refugio contra las persecuciones raciales. Vivía con ellos en una chacra sobre las colinas que bordean el Lago Mayor. Trabajaba con los niños desde las siete hasta las diez de la mañana. El resto del día lo pasaba en los bosques, paseando y leyendo a Dostoievski."

En 1939, se matriculó en la Facultad de Lenguas de la Universidad Católica de Milán, pero no concluyó sus estudios. Estalló la guerra, por esa época Rodari se vinculó con el Partido Comunista Italiano y es a través de éste que inició su profesión de periodista. Sus primeros textos literarios aparecieron en L'Ordine Nuovo, (publicación que dirigía por encargo del partido) firmando con el seudónimo de "Francesco Aricocchi".

Desde 1947, Rodari escribió en L'Unitá de Milán (periódico del PCI), desde 1950 en elPionere y desde 1953 en la dirección de Avanguardia (semanario de la Federación Juvenil Comunista), desde 1956 otra vez en L'Unitá, desde 1958 en Paese Sera, periódico romano para el que trabajará hasta su muerte. En 1974 se incorporó a la dirección del mensual Il Giornale del Genitori.

Sus primeros textos para niños se remontan a 1948, en las páginas de L'Unitá, Vie Nuove y Noi Donne. Allí nacieron narraciones cortas humorísticas, sus primeras filastrocche, coplas y retahílas ligadas a la poesía popular italiana. De estos textos surgieron sus primeros libros para niños: Il Libro delle Filastrocche (El libro de las retahílas, 1950) y el Romanzo di Cipollino (Las aventuras de Cipollino, 1951).

"Un día, el director del diario decidió dedicar una página dominical a los niños. Yo era el único que había sido, años atrás, maestro de escuela y éste fue el motivo que sugería mi elección. También tenía cierta predisposición por los fragmentos brillantes de fantasía y humor. Empecé a publicar semanalmente retahílas y cuentos cortos en los que reencontraba mi gusto juvenil por los surrealistas franceses que había leído en la biblioteca siendo estudiante. (....) No era un trabajo de despacho, sino en contacto directo con los lectores, los niños y sus familias. No llegué, pues, a los niños por el camino de la literatura, sino por el camino del periodismo (...) En 1950 fui prácticamente obligado, aunque no estaba totalmente convencido, a dirigir un semanario para niños y muchachos (...) En este período, una editorial me propuso publicar un pequeño volumen con retahílas y me propuso escribir un libro, una novela para más señas, sobre los personajes que había inventado para un libro diferente: Cipollino y Pomodoro. La idea me divirtió preparé un esquema (el esqueleto del cuento), me tomé un mes de vacaciones y me hospedé en casa de un campesino en tierras de Módena y en un mes, hice una primera redacción."

En los años 60, Rodari recorre las escuelas italianas "para contar historias y responder las preguntas de los niños. Porque siempre hay un niño que pregunta: ¿Cómo se inventan las historias?, pregunta que merece una respuesta honesta." (GDF:6)

Esta actividad, como lo explica Rodari en el "Prefacio", culminará en la reescritura y publicación de su libro Gramática la fantasía, en 1973.

"No representa —éste es el momento de precisarlo— ni la tentativa de fundar una ‘Fantástica’ en toda regla, lista para ser enseñada y estudiada en las escuelas como la geometría, ni tampoco una teoría completa de la imaginación y de la invención, para la cual se necesitaría otro aliento y alguien menos ignorante que yo. No es tampoco un ‘ensayo’. No sé muy claramente qué es. Se habla aquí de algunas formas de inventar historias para niños y de cómo ayudarles a inventarlas ellos solos: pero ¿quién sabe cuántas otras formas se podrían encontrar y describir? Trata sólo de la invención por medio de palabras y apenas sugiere, sin profundizar, que estas técnicas podrían ser fácilmente adaptadas a otros lenguajes (...)"
"Yo espero que estas páginas puedan ser igualmente útiles a quien cree en la necesidad de que la imaginación ocupe un lugar en la educación; a quien tiene confianza en la creatividad infantil; a quien conoce el valor de liberación que puede tener la palabra." (GDF:8)

A través del contacto directo con los niños Gianni Rodari observa y toma apuntes, intentando desentrañar los procedimientos del arte de crear historias. El binomio fantástico, el extrañamiento, el "qué pasaría sí", la construcción de adivinanzas, la parodia y mezcla de fábulas... de este modo los niños juegan con las palabras y crean nuevos mundos, desarrollan su capacidad de imaginación, comprenden y actúan sobre la realidad.

"La presente ‘gramática de la fantasía’ —éste me parece el momento para aclararlo definitivamente— no es ni una teoría de la imaginación infantil (bueno sería), ni una colección de recetas, un Artusi de las historias, sino, creo, una propuesta para poner junto a cuantas tiendan a enriquecer de estímulos el ambiente (casa o escuela, no importa) en el que crece el niño". (GDF:161-162)

En 1970 Gianni Rodari recibe el mayor galardón internacional para un escritor de literatura destinada a los niños, el Premio Hans Christian Andersen.

Marc Soriano dirá de él en su guía (1999):
"Comienza a escribir en 1950 y se impone rápidamente como el mejor escritor para niños. En cierto sentido, su inspiración es muy clásica, ligada a la corriente de la poesía popular italiana (las filastrocche, el equivalente de las coplas y retahílas). Pero lo que Rodari retiene fundamentalmente de la tradición es su aspecto revolucionario; en efecto, su arte sigue abierto a las preocupaciones más actuales de los jóvenes de hoy, tanto en la forma como en el contenido. Obras comprometidas, a menudo militantes, que se esfuerzan por desmitificar los ídolos de la sociedad de consumo, pero que, al mismo tiempo, se caracterizan por una fantasía y por una invención perpetuas."

"El fantástico de Rodari jamás es gratuito y se asemeja bastante a la anticipación. Su tono, tan espontáneo, recuerda mucho el de los improvisadores y narradores dotados; y llaman la atención su humor, a la vez tierno y grave, y su lenguaje personal y pintoresco, repleto de juegos de palabras y de hallazgos expresivos."

Gianni Rodari murió en Roma el 14 de abril de 1980.


Fuente:IMAGINARIA
"Argentina crece leyendo"


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